Día Mundial de la Tierra: Una mirada honesta a nuestro impacto y el poder de la fotografía
Cada 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra. Un día para hacer una pausa y reflexionar sobre la relación —muchas veces desequilibrada— que tenemos con el planeta que habitamos. Porque seamos sinceros: el ser humano, por mucho tiempo, ha sido más un depredador que un cuidador de la Tierra.
Desde la deforestación masiva hasta la contaminación de ríos, mares y aire; desde el abuso de los recursos naturales hasta la sobreproducción de basura, la huella humana ha dejado marcas profundas, y muchas de ellas irreversibles. La Tierra nos da todo: agua, aire, alimento, vida. Y nosotros, a cambio, le devolvemos gases tóxicos, plástico y especies en peligro de extinción.
Es duro, pero necesario, aceptar esta verdad. La buena noticia es que también somos capaces de cambiar. De construir en vez de destruir. De sanar en vez de dañar. Y aquí es donde quiero hablar de la fotografía con el dia mundial de la tierra.
La fotografía como testigo
La fotografía tiene un poder inmenso: detiene el tiempo, documenta lo invisible, da voz a lo que no habla. Desde siempre, las imágenes han servido como evidencia, como denuncia, como recuerdo. En el contexto del medioambiente, la fotografía ha sido testigo de la transformación del planeta. Ha mostrado los glaciares que se derriten, los bosques que se talan, los animales que desaparecen.
Pero también ha capturado la belleza. Esa belleza pura, salvaje, que aún persiste en muchos rincones del mundo. Las olas que rompen en una costa virgen, los árboles que susurran en un bosque antiguo, las estrellas que aún se ven en un cielo sin contaminación lumínica a lo largo del tiempo y lo podemos ver en el dia mundial de la tierra.
La fotografía como conciencia
Una imagen puede abrir los ojos. A veces, una sola foto basta para sacudirnos. Recordemos la famosa imagen de la «Tortuga con sorbete» o las desgarradoras fotos de osos polares famélicos sobre trozos de hielo. Son imágenes que golpean. Que no necesitan palabras.
Como fotógrafa de eventos, muchas veces escucho que mi trabajo está centrado en personas, en emociones humanas. Y es cierto. Pero también creo que capturar un instante es una forma de honrar la vida en todas sus formas. Ya sea una boda al aire libre, una comunión en un jardín o un bautizo en el campo, siempre intento incluir la naturaleza como un personaje más en la historia. No solo es el fondo. Es parte del mensaje.
Naturaleza y eventos: un encuentro posible
Hoy más que nunca, los eventos que celebramos —bautizos, bodas, comuniones— pueden convertirse en una oportunidad para reconectar con lo natural. He fotografiado bodas donde las flores eran locales y silvestres, donde no se usaron plásticos de un solo uso, donde la luz era natural y el vestido era reciclado o heredado. Todo eso comunica. Todo eso también es activismo.
Y cuando esas decisiones se documentan en imágenes, se multiplican. Se vuelven inspiración para otras personas. No hace falta irse al Amazonas para cuidar el planeta. A veces, basta con elegir un proveedor consciente, una decoración sustentable, o simplemente apagar las luces y mirar el cielo estrellado.
Lo que podemos hacer
Este Día de la Tierra, más allá de compartir frases o subir una historia con un árbol, pensemos en acciones reales. Plantar algo. Usar menos. Consumir mejor. Apoyar proyectos locales. Y sí, también, tomar fotos. Porque cada imagen que cuente una historia real puede ser una semilla. Una chispa. Un cambio.
Y si eres fotógrafo o fotógrafa, recuerda: tienes una herramienta poderosa en tus manos. Úsala no solo para mostrar lo bonito, sino también lo importante. Porque la belleza no está reñida con la verdad. Y la Tierra, con todas sus cicatrices, aún puede ser un lugar hermoso… si aprendemos a mirarla con respeto.